
























A más de 300 kilómetros de La Habana nos olvidamos de sus gallos despertadores... Cambiamos cacareos por trinos, en la apacible Trinidad. Llegamos a la “casa particular” de una bella familia cubana; en calle… adivinen el nombre!!: José Martí!. Casa de aires coloniales, o más bien, de principio de siglo pasado inspirada en la colonia: patio amplio con una fuente en el medio, piso de baldosas y mecedoras de fierro; salones altos, muchas habitaciones (una de ellas la nuestra), un corredor… Afuera, el pueblo empedrado, la plaza de postal y reloj de postal, al frente una escuelita de ajedrez para niños, la parada de taxi y el centro de llamadas (e internet) junto a la tienda de habanos, souvenirs, camisetas y ron respectivo para turistas de Hotel lujoso donde mini buses especiales tragan y vomitan personas con sombreritos, que aunque están ahí, parece que están muy lejos.
…el primer día el ímpetu nos pasó la cuenta, y a mitad de camino Trinidad - Playa Ancón en bicicletas, supusimos que no fue buena idea pedalear 10 kilómetros bajo el sol cayendo con insidia. Menos mal que Ancón todo lo redime, y festejamos con nuestro primer contacto con el mar Caribe!!... De vuelta tuvimos suerte porque una guagua se detuvo mientras nosotros dilatábamos el comienzo del regreso, tomándonos fotos a la orilla del camino; nos ofreció llevarnos con bicicletas y todo a pesar del reclamo de algunos solidarios compañeros; fijó buen precio para nosotros que aceptamos el excelente precio para él.
Aquella noche cenamos un pescado llamado pargo, a la plancha; arroz y ensaladas; preparado por familia anfitriona. Lo más cercano que estuvimos de la tradicional gastronomía cubana (y cuando en La Habana comimos Ropa vieja).
Por las noches, Trinidad es el paraíso de las personas que se encantan con bailar salsa… la Casa de la Música es en verdad un anfiteatro donde se improvisan parejas de bailes; y la Casa de la Trova es un rústico local más cercano a nuestra idea de pub. En ambos sitios nocturnos se reúnen turistas y cubanos en torno al son y al mojito…
Por las noches, Trinidad es el paraíso de las personas que se encantan con bailar salsa… la Casa de la Música es en verdad un anfiteatro donde se improvisan parejas de bailes; y la Casa de la Trova es un rústico local más cercano a nuestra idea de pub. En ambos sitios nocturnos se reúnen turistas y cubanos en torno al son y al mojito…
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